miércoles, 20 de mayo de 2009

¿SUMAR PARAMILITARES PRIVADOS AL EJÉRCITO EN LAS CALLES?


Pedro Echeverría V.

1. Las organizaciones sociales, los dirigentes campesinos, obreros,
populares, así como los luchadores izquierdistas, tienen que preocuparse,
con mucha seriedad, ante el incremento de organismos militares y civiles de
represión en México. No solamente el ejército ha ocupado las calles en
decenas de estados de la República "persiguiendo el narcotráfico", sino que
además se han estado aprobando leyes que legitiman el cateo de domicilios
sin una orden, la intervención de teléfonos privados y la prohibición de
manifestaciones callejeras de protesta. Sumando a lo anterior se han
comenzado a recibir apoyos de los EEUU por el llamado Plan México y a cerrar
las fronteras del norte y del sur del país para evitar que "terroristas"
entren a ese país.

2. Hoy los medios informativos han publicado que el presidente ilegítimo
Felipe Calderón se ha negado a suscribir la Convención Internacional contra
el reclutamiento, utilización, financiación y entrenamiento de mercenarios,
porque el mandatario panista es el principal promotor de la contratación de
servicios de seguridad privada, formada por ex militares extranjeros.
"Calderón abre las puertas para que compañías militares privadas operen en
el país. Viola la soberanía nacional, pone en riesgo la seguridad y al
Ejército Mexicano, y con el pretexto del combate al crimen organizado
permite la conformación de grupos paramilitares con la anuencia y protección
de la administración pública federal", expuso en la Cámara el diputado
Suárez del Real de la oposición.

3. Según datos publicados en La Jornada, la fuerza privada, armada y
entrenada, corresponde a 10 por ciento del Ejército Mexicano y más de 50
por ciento de la Policía Federal Preventiva. En México, según los datos
proporcionados por el propio gobierno federal, existen 2 mil 20 empresas
privadas, 475 con autorización federal y otras mil 545 con autorización de
los gobiernos locales. Su fuerza operativa total alcanza los 21 mil 525
elementos. Sin embargo, las más peligrosas, son las organizaciones políticas
y paramilitares que funcionan "al margen de la ley" y responden a poderosos
grupos de poder tal como sucede en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Veracruz
donde han provocado asesinatos de gente civil; los han denunciado como
asesinos al servicio del poder.

4. En el combativo estado de Oaxaca, según se ha denunciado, al amparo del
ex secretario general de gobierno, Franco Vargas, el presidente municipal de
Santa Cruz Amilpas, armó un grupo paramilitar a su servicio, para mantener
en su poder el predio donde se ubican las bodegas del periódico NOTICIAS,
Voz e Imagen de Oaxaca, para atacar a los integrantes de la Asamblea Popular
del Pueblo de Oaxaca (APPO) y agredir a periodistas. El equipo de sicarios
cuenta con armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, drogas y vehículos
que les proporciona Franco Vargas, el dirigente estatal de la CROC, Aguilar
Robles a través de su lacayo Juan Luis Martínez, y un narcotraficante de la
zona identificado como "El Loco". Sigue la denuncia, además de la
preocupación.

5. Además, según publicó Proceso en 2005, más de12 mil campesinos conforman
un cuerpo armado de "fuerzas o guardias rurales" que se distribuyen en 21
estados de la República seleccionados por el ejército nacional por ser
puntos de rebeldía o conflicto; el objetivo de esos cuerpos armados de
campesinos (que al parecer existieron desde mediados del siglo XIX y fueron
creados por el mismo Benito Juárez), es el de vigilar y comunicar sobre
movimientos de insurrección y, al mismo tiempo, el de intimidar a los
pueblos humildes de campesinos e indígenas para que no se atrevan a
insurreccionarse. Esta es, sin duda, una situación de amenaza y provocación
que ha instrumentado el gobierno buscando "garantizar las condiciones de
gobernabilidad"..

6. Mientras tanto el ejército federal "enfrenta" a los llamados Zetas (el
ejército de los narcotraficantes) que cuando pertenecieron al ejército
federal se capacitaron en la Escuela de las Américas cuyo objeto aparente
era entrenar a los mejores oficiales mexicanos para combatir la
contrainsurgencia y narcotráfico. Pero pasado un tiempo un número creciente
de ellos pasó de combatir el narcotráfico a formar parte de una red propia
de narcotráfico que competía con otras organizaciones existentes. Se dieron
de alta en el ejército federal en 1992 y cinco años después, bien entrenados
por militares y paramilitares israelíes, desertaron y se llevaron a algunos
integrantes del 70° batallón de Infantería, del 15° regimiento de caballería
motorizada y de los fusileros paracaidistas.

7. Carlos Fazio, uno de los más destacados analistas en cuestiones
militares, escribió en La Jornada en 2003 sobre Colombia acerca de los
planes del Pentágono yanqui, el Plan Colombia y los fondos millonarios de la
Defensa y del Congreso estadounidenses. Dijo -como si hablara del Plan
México- que esos planes comprenden la formación -bajo asesoría
estadounidense y de empresas de "contratistas"- de nuevos batallones
contrainsurgentes de elite en zonas bajo control de la guerrilla o de
importancia geo económica previstas para el desarrollo de megaproyectos de
capital multinacional (explotación petrolera, hidroeléctricas, canal
interoceánico, agro industrias); la reestructuración del estamento castrense
en áreas de planeación, logística, entrenamiento, doctrina, estrategia,
inteligencia, reclutamiento y técnicas de interrogatorio.

8. Es indudable que el gobierno de Calderón, al ordenar la salida del
ejército de sus cuarteles y aprobar la organización privada de
paramilitares, cuenta con asesoría de los EEUU. El gobierno de Obama, así
como en su tiempo el de Bush o Clinton, no puede dejar de intervenir para
ayudar a un gobierno vecino que le ha abierto las puertas del país y está
dispuesto a aceptar su dirección. México, además de traspatio yanqui, es
país clave para garantizar la seguridad económica y militar del vecino del
Norte, por eso la asesoría militar es obligatoria. Estamos caminando la
mismísima ruta que los EEUU trazaron en el Plan Colombia hace nueve años que
consistió en pretextar el combate al narcotráfico para luego convertirlo en
combate contra las FARC y los grupos radicalizados de izquierda.

http://mx.mc322.mail.yahoo.com/mc/compose?to=pedroe@cablered.net.mx



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