jueves, 5 de junio de 2008

CARTA DE AMLO AL PUEBLO DE MÉXICO

miércoles 4 de junio de 2008
La Presidencia Legítima de México envía la siguiente carta de Andrés Manuel López Obrador al pueblo de México:



Al pueblo de México:

Es urgente cambiar la actual política económica para frenar la carestía que afecta al pueblo

Mientras no se modifique la política económica que se viene aplicando desde hace 26 años va a continuar el desempleo, la migración, la carestía y la inseguridad pública.

Los tres principales problemas que se están enfrentando actualmente: el aumento en los precios, la inseguridad y la violencia, así como el intento de privatización de la industria petrolera, están estrechamente relacionados y se deben a la actual política económica antipopular y entreguista.

El presidente usurpador en vez de modificar la política económica ha optado por profundizarla y ello está causando y causará, desgraciadamente, más sufrimiento para la mayoría de los mexicanos.

Así tenemos que ahora cuando se ha desbordado la inseguridad y la violencia, lo único que se le ocurre es amenazar con el discurso propagandístico de la mano dura; es decir, más policías, más soldados, más cárceles, leyes más severas, condenas más largas, todo lo cual no basta para enfrentar un problema que se ha originado por la desigualdad, la falta de oportunidades de empleo y educación, y por el empobrecimiento de la mayoría del pueblo.

De igual manera ante la carestía en vez de apoyar a los productores nacionales para lograr la autosuficiencia alimentaria, lo que ha propuesto Calderón, de manera absurda, es comprar alimentos y materias primas en el extranjero, lo cual no frenará el aumento de precios y va a significar más abandono al campo y mayor salida de divisas.

En razón de todo lo anterior, hacemos un paréntesis en la lucha por la defensa del petróleo, para exigir que de inmediato se autorice un aumento salarial de emergencia, en razón de lo siguiente:

En tan sólo 18 meses del gobierno usurpador, mientras el salario mínimo ha venido aumentando en 4 por ciento anual, los precios de la mayoría de los productos básicos se han incrementado de manera desproporcionada, por ejemplo: el precio del fríjol ha aumentado en 50 por ciento; el arroz en 140 por ciento; el aceite en 120 por ciento y la tortilla en 60 por ciento.

En suma, la pérdida del poder adquisitivo del salario en 18 meses ha sido del 27.5 por ciento, como tenía años que no se daba en nuestro país.

Aunado al aumento salarial de emergencia debe aplicarse de inmediato un programa de apoyo a los productores de alimentos básicos, mediante el establecimiento de precios de garantía o precios de referencia, que compensen al productor ante el aumento de insumos y del fertilizante que se ha incrementado en más del cien por ciento.

Debe iniciarse de inmediato un plan para alcanzar en el corto plazo la autosuficiencia cuando menos de alimentos como el maíz, el trigo, el arroz, la soya y el fríjol que se están importando en grandes cantidades y cada vez a precios más elevados por la crisis alimentaria en el mundo.

Tengamos presente que casi todos los gobiernos de otros países protegen a sus productores y a los consumidores nacionales. En nuestro país, hay que hacer a un lado la concepción tecnocrática que sataniza los apoyos y los subsidios, y se debe poner por delante el garantizar el derecho de todos los mexicanos a la alimentación.

De no modificarse la actual política económica y de continuar Calderón con sus mismas "estrategias", se agravará la crisis económica y de bienestar social.

Y desde aquí advertimos que si no cambia Calderón sus políticas antipopulares, no sólo lo seguiré llamando espurio, pelele, inepto y mentiroso, sino que le agregaré el calificativo de hambreador del pueblo.

EN EU

Computadoras desplazan a la TV en EU para ver películas y videos
La banda ancha y la alta definición han logrado que un 70 por ciento de espectadores prefiera la PC a la televisión para ver videos, y un 52 por ciento la escoja para ver películas.
Notimex / La Jornada On Line Publicado: 04/06/2008 19:03
Nueva York. La población estadunidense que reproduce o descarga videos muestra una preferencia creciente a mirar el contenido del material en sus computadoras, que a través del televisor, según un estudio.
Los resultados del rastreo trimestral de Ipsos MediaCT indicaron que 70 por ciento de las personas observan videos por el televisor y el resto en la PC, lo que significa una disminución de audiencia de 5.0 por ciento de febrero de 2007 a febrero de este año.Además, el porcentaje de tiempo total de pantalla capturado por los cines también redujo de manera significativa en el último periodo."La reproducción de video en línea se ha convertido en una actividad que muchos estadunidenses no sólo están probando, sino que disfrutan regularmente. Alrededor de la mitad de los usuarios de Internet, de 12 años en adelante, han reproducido un archivo en línea en los últimos 30 días", señaló el director de MediaCT, Adam Wright. Indicó que la sofisticación creciente de las PC en los hogares, así como la ubicuidad de las conexiones de Internet de alta velocidad, han facilitado su experimentación y, como consecuencia, motivado a que muchos adopten este aparato como un canal confiable de entretenimiento en video.Comentó que 52 por ciento de los estadunidenses de 12 años en adelante emplean aproximadamente cinco horas al día para mirar en sus procesadores algunas películas, programas de televisión u otros tipos de videos.Wright aseguró que el fenómeno general de esta práctica no es exclusivo ni ha sido impulsado por unos pocos sectores demográficos, sino que es relativamente consistente a lo largo de todos los gruposde edades y género."No lo vemos como un efecto de mercado aislado e impulsado por una generación, sino como una macro tendencia en la manera en la que los consumidores quieren que se les presente el contenido en video.
Es algo a lo que la industria del entretenimiento debe prestar atención", concluyó. Ipsos MediaCT es una compañía global líder en investigación de mercados basada en encuestas, y dirigida por profesionales.

SECCIÓN CONTRERAS

CREEMOS QUE HAY QUE ANALIZAR, EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, LOS DIFERENTES PUNTOS DE VISTA EN ARAS DE CONSERVAR UN CRITERIO AMPLIO...(GULP!).

POR LO TANTO LES PEDIMOS SU TOLERANCIA Y PACIENCIA PARA LEER LOS ARTÍCULOS QUE SE CITAN AQUÍ Y SI SON MUY INTOLERANTES SE PUEDEN SALTAR ESTA SECCIÓN NO APTA PARA HÍGADOS SENSIBLES...



AY CHOLE!

La Jornada, 29 de mayo 08

Soledad Loaeza
La frágil popularidad presidencial
Las encuestas de opinión más recientes indican que el presidente Calderón tiene niveles estables de aprobación de la opinión pública que rondan el 60 por ciento. Los resultados son incluso mejores que los que obtenía Vicente Fox en el mismo tramo de su sexenio, es decir, el segundo y tercer trimestres del segundo año de gobierno. En el caso de Calderón estos niveles de aprobación tienen un significado adicional porque no solamente indican que la mayoría de los mexicanos está satisfecha con su desempeño al frente del Poder Ejecutivo, sino que también expresan el reconocimiento de su legitimidad como Presidente de la República, y son una respuesta a la corriente de opinión que insiste en denunciar lo contrario. Datos de este tenor contribuyen a estabilizar un clima político nublado. Sin embargo, las encuestas (Consulta Mitofsky, Situación económica. Acuerdo presidencial. Preferencia electoral, abril de 2008, http://www.consulta.com.mx/) también sugieren que un sentimiento de incertidumbre se ha apoderado de los mexicanos. No sabemos muy bien cuál es su origen; puede ser una situación económica que muestra señales de deterioro, la crispación de las relaciones políticas que inducen la movilización lopezobradorista y los conflictos en el interior del PRD, o el temor que provoca la violencia vinculada con el narcotráfico, que tiende a mezclarse y a imponerse a la criminalidad en las calles. Lo cierto es que existe un ambiente enrarecido que oscurece el futuro, y le imprime fragilidad al apoyo de la opinión pública al Presidente.
En general, una de las variables más confiables de medición de las percepciones de la opinión pública del desempeño presidencial son las perspectivas económicas. Si éstas son malas, la evaluación tiende a ser negativa. Curiosamente, los niveles de aprobación del presidente Calderón coinciden con un agudo pesimismo económico: 68 por ciento de la opinión considera que la situación económica ha empeorado. La desconexión es todavía más sorprendente si miramos las respuestas a propósito de cuáles son los principales problemas del país y de cuánta atención –según los encuestados– presta el Presidente a cada uno de ellos. En febrero del presente año (cuando 70 por ciento consideraba que la situación económica estaba peor) la mayoría consideraba que el problema número uno del país era “la crisis económica” (Consulta Mitofsky, Evaluación ciudadana. Cinco trimestres del gobierno de Felipe Calderón, febrero de 2008, http://www.consulta.com.mx/), pero muy pocos creían que el Presidente prestaba mucha atención a la solución de problemas como el desempleo, la pobreza y la inflación. Estas respuestas sugieren que el manejo de la economía influía muy poco en la evaluación del Presidente.
En la encuesta referida la opinión pública también identifica la inseguridad y el narcotráfico como dos de los grandes problemas que enfrenta el país. Incluso si comparamos estos resultados con los de una medición semejante que se hizo en febrero de 2006, encontramos una notable disminución, pues entonces para 30 por ciento de los encuestados la inseguridad era con mucho el problema número uno; sin embargo, si al 20 por ciento que le dio esa importancia en 2008 le sumamos el 8 por ciento que consideraba que el principal problema era el narcotráfico, obtenemos 28 por ciento. Un resultado seis puntos superior al de quienes veían en la crisis económica el problema más importante. Si a esta percepción añadimos la de que más de 40 por ciento de los encuestados consideraba que el Presidente dedicaba mucha atención al problema de la delincuencia, entonces podemos explicar los niveles de aprobación del Presidente a partir de su compromiso con el combate al crimen organizado.
Este problema gravísimo no habrá de resolverse en el corto ni mediano plazo. Existe incluso la probabilidad de que empeore; pero esto no le asegura al Presidente el apoyo de la opinión. Podemos perfectamente imaginar que los niveles de aprobación disminuyan si los daños colaterales de la lucha antinarcóticos se extienden y comprometen las vidas de terceros, o provocan la violación de derechos humanos, o si se materializan las predicciones inflacionarias del Banco de México, y si el gobierno se muestra incapaz de lidiar con la crisis de alimentos. Cualquiera de estas mariposas negras que sobrevuelan el mandato presidencial puede precipitar un vuelco en las percepciones de la opinión pública del desempeño presidencial. La estrategia lopezobradorista de movilización también alimenta la incertidumbre imprecisa y difusa que imprime a estos tiempos el sello de la fragilidad.