viernes, 9 de octubre de 2009

Rayuela

Rayuela
Aseguran en el gobierno que el mejor momento para declarar la quiebra de LFC será en la próxima revisión del contrato colectivo. ¿Y qué, para esta empresa no habrá rescate financiero?



http://www.jornada.unam.mx/2009/10/09/index.php

gUANAJUATIZando Mexico...Queman libro oficial de Biología.


Queman libro oficial de biología en Guanajuato
Carlos García
Corresponsal

León, Gto., 4 de octubre. Integrantes de organizaciones afines al Partido Acción Nacional (PAN) quemaron textos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en protesta por el retiro de los libros de biología de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), que basan la educación sexual en el matrimonio, la virginidad y la abstinencia.

A las 11:30 de la mañana, unas 20 personas afiliadas a la Asociación Estatal de Padres de Familia, así como a las organizaciones Suma tu Voz y Coalición Ciudadana por la Familia y la Vida (Cofavi), se manifestaron con pancartas ante la presidencia municipal.
Calderón, escucha nuestra voz, nuestra opinión; el libro de la SEG sí, el libro de la SEP no, decían las cartulinas que portaban los manifestantes.
Después, la regidora panista de León, Hortencia Orozco Tejada, y la presidenta de Suma tu Voz, Lourdes Cázares, deshojaron ejemplares de libros de biología de primero de secundaria de la SEP, los cuales arrojaron a una tina de metal y les prendieron fuego.
¡Huele muy mal! ¡Huele muy mal!, corearon mientras las llamas consumían los textos federales, que presentan los órganos reproductores de la mujer y del varón, además de información sobre equidad de género, el uso del condón y otros anticonceptivos.

Foto
La regidora panista Hortencia Orozco Tejada y la presidenta de Suma tu Voz, Lourdes Caázares, rompen y queman libros de biología de primero de secundaría avalados por la SEP, en León, GuanajuatoFoto Carlos García
Aquí (en los libros de la SEP) te hablan de muchos temas muy abiertos, muy relajados, con el punto de vista de muchos padres de familia que no ven al ser humano como un ser integral, sino como a un ser genitalizado, dijo la regidora panista.
Adelantó que recabarán firmas para exigirle al presidente Felipe Calderón y al secretario de Educación, Alfonso Lujambio, que respeten la soberanía de Guanajuato y permitan que se distribuyan los libros de la SEG.
La SEP, mediante los libros, está obligando a mis hijos a usar condón, cuando yo quiero que ellos no hagan nada hasta el matrimonio, dijo la presidenta de Cofavi, Beatriz Rodríguez.
Expresamos nuestro apoyo a la educación sexual basada en valores, y nos manifestamos en contra de imposiciones ideológicas y sin perspectiva de familia, afirmó la representante de Suma Tu Voz, Lourdes Cázares.
Hace dos semanas la SEP ordenó retirar los libros editados por la SEG, que no están autorizados porque no se apegan al plan de estudios para secundaria.
Quema de libros
Gabriela Rodríguez

Muy peligrosas señales aparecen estos días en nuestro medio. Las decisiones sobre el presupuesto y la reforma fiscal serán determinantes y, como no creo que se escuche a López Obrador en cuanto a su recomendación para quitar la mitad del salario a los altos funcionarios y subir los impuestos a los más ricos, hoy está en riesgo la calidad de la nutrición, la educación y la salud del resto de los ciudadanos de este decadente país. Además, quisiera llamar la atención sobre dos actos paralelos muy preocupantes: el nombramiento de un enemigo de los derechos humanos de las mujeres al frente de la Procuraduría General de la República, y la quema de libros en Guanajuato.

El nombramiento de Arturo Chávez Chávez como procurador general de la República es una burla a la ciudadanía, a las mujeres y a los mecanismos nacionales e internacionales de protección a los derechos humanos.
Chávez fue procurador y subprocurador de Chihuahua durante el mayor auge de casos de feminicidios en Ciudad Juárez, por tanto tenía la responsabilidad constitucional y legal de investigar, perseguir y consignar a los presuntos responsables de los asesinatos de mujeres. Se trata de quien optó por entorpecer las investigaciones por conducto de sus funcionarios de enlace con la CNDH, como señalaron las organizaciones feministas y de derechos humanos del país, y por lo cual la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y la Organización de las Naciones Unidas emitieron recomendaciones pidiendo desde su remoción hasta su enjuiciamiento por desacato. Pero, lejos muy lejos de actuar en el marco del derecho, Felipe Calderón lo propuso para el puesto y no sólo él, sino que todos los senadores y las senadoras del PAN, del PRI y del PVEM, presentes en la sesión del pasado 24 de septiembre, votaron en favor de su nombramiento porque valoraron que cumple los requisitos de elegibilidad exigidos en la Constitución. En este caso, las izquierdas estuvieron a la altura de las circunstancias: todas y todos los senadores del PRD, de Convergencia y del PT votaron en contra. Destacan los argumentos de Pablo Gómez, quien explicó que no cubre el requisito de persona de gran prestigio exigido, no garantiza independencia respecto de las órdenes presidenciales, y que durante su gestión se torturó a los detenidos.
Hasta hoy está visto que la perspectiva de derechos humanos y de género, sólo en el caso de las izquierdas, es más que un discurso entre legisladores y gobernantes y ha sido una política pública, muy evidente en las últimas tres administraciones de la ciudad de México. El género es una perspectiva que no perdona las desigualdades sociales, de ahí su fuerza para los proyectos alternativos de nación. También por ello las derechas han ido erosionando su presencia en diferentes instancias, en las reformas constitucionales anti-aborto, en las políticas de salud, en los programas educativos. Los nuevos libros de primaria acaban de dar un paso atrás de gravedad al respecto.
Dos personajes particularmente conservadores y antigénero hoy forman parte de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de la nueva Cámara de Diputados: Reyes Tamez Guerra y Paz Gutiérrez Prieto de Fernández Cueto. Cuando el primero fue secretario de Educación se hizo necesario cabildear para evitar que desaparecieran los contenidos de educación sexual en los libros de texto. En cuanto a la señora de Fernández Cueto, ella es autora de un texto paralelo de Ciencias I, publicado el año pasado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el cual la ignorancia llega al grado de abordar la categoría de género como sinónimo de complementariedad sexual, entre otras afirmaciones moralinas y anticientíficas.
En estos días corría el rumor de que la nueva diputada pretende dirigir el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género en la misma Cámara, con lo cual el centro transformaría su misión para contribuir al atraso de las mujeres. Pero ella no ha ganado todas las batallas, y como este año su libro ya no se va a distribuir por conducto de la SEP ante la impugnación de las organizaciones, ahora en Guanajuato les dio por quemar los libros oficiales que se basan en el conocimiento científico.
La quema de libros de educación sexual es el peor de los signos. El pasado 4 de octubre la señora regidora de León, Hortencia Orozco Tejada, junto con afiliadas de la Coalición Ciudadana por la Familia y la Vida (Cofavi), así como la presidenta de Suma tu Voz, Lourdes Cázares, deshojaron ejemplares de libros de biología del primer grado de secundaria de la SEP, los cuales arrojaron a una tina de metal y les prendieron fuego.
¡Cuánto ha avanzado el mundo: en la Edad Media me habrían quemado a mí!, exclamó Sigmund Freud, al enterarse que habían quemado sus obras. Es un acto represor emblemático: Diocleciano quemó los libros de alquimia en el año 292; textos paganos se destruyeron en el año 367 para integrar el Nuevo Testamento; en México la Inquisición quemó manuscritos mayas; los nazis quemaron libros de autores judíos en 1933; miles de libros de política se quemaron en Chile en 1986, bajo las órdenes de Pinochet. Y no olvidamos la quema de los discos de John Lennon, después de que declaró en 1966 que Los Beatles eran más populares que Jesucristo. Tal como escribió el destacado escritor alemán Heinrich Heine en 1821: Ahí donde se queman libros se acaba quemando también a seres humanos.


La escritura como forma de vida
Javier Aranda Luna

Herta Müller se preguntaba en el texto La muerte, la cárcel o los niños, publicado en 1988, por qué al dictador Nicolás Ceausescu le interesaba el crecimiento acelerado de la población. Por qué sólo permitía abortar a mujeres con más de cinco hijos o mayores de 45 años. Por qué Ceausescu se hacía llamar el padre de todos los niños, como se les recordaba, todos los días, a los pequeños en las escuelas rumanas.

¿Cuál era el sentido de multiplicar la población en un país miserable? ¿Por qué esta locura? ¿Por la proximidad de una guerra? No, nos dice Müller: porque la vida precaria es un requisito previo para tener una gran población de sujetos y no una pequeña nación de ciudadanos. Para ella la pobreza, la miseria, es un instrumento al servicio de la opresión, similar al espionaje y al analfabetismo funcional en un régimen totalitario. Sólo así pudo entender por qué el interés del dictador por aumentar la tasa de natalidad, que sólo en un año, a raíz de la prohibición del aborto en 1966, pasó de 14 a 27 por ciento.
En estos días en los que las leyes que penalizan el aborto se multiplican en los estados de nuestro país (ya van 16); días en que un PRI laico, liberal, miembro de la Internacional Socialista y dirigido por una mujer que se ha dicho cercana a las causas de las mujeres, pacta con los sectores neofascistas del PAN para penalizar el aborto, convendría acercarse a las novelas de Herta Müller, premio Nobel de Literatura 2009.
Convendría porque la escritora rumano-alemana describe muy bien la vida menuda de una dictadura de izquierda que, por paradójico que parezca, es la vida a la que aparentemente aspira el PAN si nos atenemos a su constante lucha contra los derechos de la mujer.
Müller no es una escritora de denuncia: es una autora que no puede evitar, ni quiere, que la vida vivida impregne sus páginas. Eso ocurre, sin duda, en sus relatos de En tierras bajas y El hombre es un gran faisán en el mundo. Libros que no son autobiográficos en sentido estricto, pero la vida de opresión padecida por la escritora bajo la dictadura rumana tensa sus páginas.
Müller ha dicho que ella aprendió a vivir en la escritura y en los libros, y que el genio que existe en los cuentos, novelas y poemas de los grandes autores nos permite ver, en historias distintas a la nuestra, las emociones que atraviesan nuestros días y delinean el perfil de nuestro rostro.
Son terriblemente verdaderas, sin embargo, las viñetas periodísticas que ofreció Müller de la dictadura de Ceausescu en el referido texto de 1988: mujeres sometidas a revisiones ginecológicas obligatorias, abortos clandestinos de alto riesgo, espías en los hospitales, falta de una educación sexual, prohibición de anticonceptivos, la multiplicación de orfanatos que servirían para formar cuadros para los servicios de inteligencia, maestros obligados a enseñar a su alumnos que es un gran honor ser madre bajo cualquier circunstancia, doctores premiados por mantener embarazos aunque se tratara de seres con malformaciones.
Para Müller la escritura es una forma de vida, un recurso para ampliarla. Si los dictadores caribeños de García Márquez le ayudaron a ella a entender la dictadura que vivió en Rumania, tal vez la terrible vida que permea en sus relatos y en sus textos periodísticos nos permita reconocer la que afanosamente algunos políticos intentan, al parecer, imponer en nuestro país.